La enfermedad renal es una de las principales causas de muerte a nivel mundial, pero la conciencia pública es baja. ¡Instemos a los líderes mundiales a que hagan de la salud renal una prioridad ahora!

Estamos ganando una carrera en la que no queremos estar.

La enfermedad renal es la tercera causa de muerte de más rápido crecimiento en todo el mundo y la única enfermedad no transmisible (ENT) con una tasa de mortalidad en aumento. Actualmente, es la séptima causa principal de muerte a nivel global, y en solo unos años se convertirá en la quinta.

Eso significa que millones de vidas más estarán en riesgo, a menos que hagamos algo al respecto. Juntos, podemos luchar contra este problema global y salvar vidas.

La situación

Cada año, entre 5 y 11 millones de personas mueren debido a la enfermedad renal, que afecta a un estimado de 850 millones de personas en todo el mundo.
La mayoría de los afectados vive en países de bajos ingresos, lo que significa que esta enfermedad afecta de manera desproporcionada a las poblaciones pobres, vulnerables y marginadas.
La situación sigue empeorando: las tendencias demográficas, como el envejecimiento de la población, están provocando un aumento en el número de vidas perdidas cada año.

La enfermedad impone costos significativos a los individuos, la sociedad y los sistemas de salud.
Las familias que ya enfrentan dificultades económicas a menudo se ven empujadas aún más hacia la pobreza debido al alto costo de tratar y manejar la enfermedad.
Los sistemas de salud débiles y con escasa financiación no están preparados para abordar las enfermedades renales, lo que resulta en tasas de mortalidad más altas en los países que más necesitan una intervención efectiva.

A pesar de su alta prevalencia, la conciencia pública sobre la enfermedad renal es baja. Es una enfermedad pasada por alto, subtratada y con pocos recursos en las políticas de salud pública, lo que la convierte en un asesino silencioso y peligroso.

En 2015, las Naciones Unidas establecieron como objetivo reducir en un tercio las tasas de mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles (ENT) para 2030. Es un objetivo admirable, pero para lograrlo se requiere una acción audaz e inmediata por parte de los responsables políticos. Debemos asegurar que la OMS priorice la salud renal con la misma urgencia que otros grandes causantes de muerte.

La OMS ha reconocido al cáncer, las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades pulmonares crónicas y la diabetes como principales causas de mortalidad prematura. Sin embargo, la enfermedad renal, a pesar de su impacto significativo, está ausente de esta lista. Esto no es solo una laguna en las políticas, es un grave descuido.

Aquí es donde tu voz importa.

Al firmar nuestra petición, puedes ayudar a cambiar el enfoque y exigir que los responsables políticos le den a la enfermedad renal la atención urgente que necesita. Con tu apoyo, podemos instar a los Estados Miembros de la ONU a que pidan a la OMS reconocer la enfermedad renal como una prioridad máxima, lo que podría salvar millones de vidas.

Si no hacemos nada, la enfermedad renal seguirá aumentando.

Si actuamos ahora, podemos ayudar a reducir las muertes por ENT en un tercio en los próximos cinco años.

Juntos, podemos convertir la enfermedad renal en una prioridad y salvar vidas. Únete a nosotros en esta lucha crucial.

Gracias por tu apoyo.